Nemi, Italia. 6 de septiembre de 2021. La rutina que muchas veces caracteriza nuestra cotidianidad, impidiéndonos percibir esas ráfagas de trascendencia presentes en el día a día, puede superarse gracias al don de la fraternidad, que siempre se expresa de múltiples maneras. Así lo experimentamos ayer domingo, en una jornada de descanso para la comunidad capitular, que se vio fuertemente marcada por la celebración de la Eucaristía. Nuestros hermanos de Indonesia-Timor Leste, encargados de la liturgia, nos hicieron sentir la cordialidad, la alegría natural y la hospitalidad que caracteriza a su pueblo. En el momento de la acción de gracias “coronaron” simbólicamente a los nuevos miembros del Gobierno General, evocando un modo ancestral de su cultura de rendir homenaje a quienes les dirigen o visitan. Entre los concelebrantes principales, destacaban Ricard Costa-Jussà, en su quincuagésimo cuarto cumpleaños, y Gonzalo Fernández, que recordaba el cuadragésimo quinto aniversario de su primera profesión.
Después de la Misa, vino la mesa que esta vez fue al aire libre, en el patio de entrada a la casa. Por ser el último domingo del Capítulo, brindamos juntos y degustamos un delicioso asado, contemplando el lago de Nemi. La sobremesa se prolongó más de lo habitual, con el consiguiente compartir festivo y fraterno.
Buenos momentos de alegría y fraternidad también hemos vivido hoy lunes gracias a nuestros hermanos de los dos florecientes organismos claretianos de Nigeria: East Nigeria y West Nigeria, encargados de dirigir la oración de este lunes. La Eucaristía ha concluido con una emocionante bendición solemne, reservada tradicionalmente para las grandes ocasiones. En la oración de vísperas, hemos continuado rezando por los miembros de los dos organismos nigerianos y por sus proyectos apostólicos. Los días del Capítulo están siendo no solo una oportunidad de descubrir el modo de celebrar la fe en las diversas culturas, sino también de crecer en sentido de catolicidad y en conciencia de interculturalidad. Todo ello puede percibirse tanto en la capilla, como en el aula.
Hoy ha comenzado la cuarta y última semana de este XXVI Capítulo General. La primera parte de la mañana se ha dedicado a proseguir con el diseño de la última dimensión de nuestro sueño congregacional, la relativa a la formación. El método no ha cambiado: trabajo personal, trabajo en grupos y presentación en el aula de las primeras conclusiones. La segunda parte de la mañana estuvo dedicada a varios de los temas restantes propuestos a la comisión precapitular de asuntos varios para su estudio, sobre todo el de la memoria litúrgica de nuestros Mártires.
Por la tarde, gracias a la ardua labor de la comisión de síntesis, ya se ha podido someter a la consideración de todos una redacción muy avanzada de los temas trabajados en los tres últimos días. Ya sólo queda pendiente revisar los diseños de la última dimensión. El trabajo avanza pero aún estamos lejos de darlo por concluido. Después de la cena, aún quedaba tiempo para celebrar tres conversaciones “informales” con café: una sobre aspectos de la misión en Asia, otra sobre la atención pastoral y personal de las personas homosexuales, y una tercera sobre la formación.
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