Nemi. Italia. 20 de agosto de 2021. Ayer nos visitó la lluvia; hoy amanecemos con la brisa fresca que sube del lago. El Santísimo está expuesto desde el alborear del día y la jornada comienza de rodillas ante el Misterio.
Hoy animan nuestra Liturgia los hermanos presentes en el Capítulo que trabajan en el campo de las publicaciones, los institutos teológicos de vida consagrada y el servicio de las comunicaciones. Aquellos que dan cauce en palabras a la Palabra. De su mano nos encontramos en la eucaristía con la vida, la obra y la predicación de San Bernardo, pastor y doctor, de quien hoy hacemos memoria en la Iglesia. Un hombre inmenso que llenó con su personalidad las primeras décadas del siglo XII, un maestro para la vida consagrada de todos los tiempos. Recordamos su audacia en la reforma eclesial a través de la orden del Císter y su arraigo permanente en el Señor, de quien decía: solo Jesucristo es «miel en los labios, cántico en el oído, júbilo en el corazón». Y, con él, pedimos al Señor la gracia de vivir como si fuéramos a morir mañana y construir como si fuésemos a permanecer mil años.
La jornada transcurre poniendo en común en pequeños grupos y en sesiones plenarias los acentos y cuestiones que suscita el primer proceso de transformación en que la Congregación está embarcada. Destacamos en alta voz las semillas de vida que descubrimos, sin dejar de señalar la maleza que cierra los caminos, la cizaña que hostiga los trigales. El diálogo se entabla también con los consultores del Gobierno General que han velado estos años por la buena marcha de dicho proceso: Hno. Carlos Verga, P. Artur Teixeira y P. Henry Omonisaye. Poco a poco, el trabajo de la comunidad capitular va intensificándose y los diálogos fluyen no solo presencialmente en Nemi, sino también con aquellos que siguen guardando cuarentena o planificando sus viajes. Precisamente esta tarde han llegado a Roma dos hermanos desde India, que permanecerán aislados por precaución pero que ya sentimos un poco más cerca.
El día concluye con una oración de acción de gracias por la vida entregada en los apostolados de las publicaciones, el acompañamiento a la vida religiosa y las comunicaciones. La elevan testigos privilegiados de dicha entrega: P. Alberto Rossa, P. José Cristo Rey García Paredes y Hno. Mario Kevin Armijo. Desde ellos, la plegaria se extiende al mundo entero. Sabemos que muchos claretianos y amigos tienen estos días la mirada puesta en Nemi: agradecemos sus mensajes y sentimos el sostén de su intercesión. También nosotros tenemos el corazón puesto en cada claretiano y en las realidades que se viven en cada rincón de la tierra. Rezamos por todos, especialmente por quiénes más sufren en este momento, como nuestros hermanos de Haití y Afganistán. Y recordamos con emoción a los hermanos que han fallecido desde que comenzó el Capítulo: Hno. Josep Jo Estrada, P. Josep Codina Farrés (ambos pertenecientes a Sanctus Paulus) y Hno. Richard Allen Suttle (originario de Estados Unidos de América y adscrito a Indonesia-Timor Leste). Que el Señor les abra las puertas de su Reino y que encuentren el consuelo del Corazón de María, nuestra estrella en todas las tormentas: «Si ella te sostiene, no caes; si ella te protege, no tienes que temer; si ella te guía, no te cansas, si ella te es propicia, llegarás a la meta» (S. Bernardo).
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