Nuestros misioneros llegaron a Brasil en el 19 de noviembre de 1895. Desembarcaron en el puerto de Santos, y en el mismo día fueron a la ciudad de São Paulo, donde se establecieron. El grupo fundacional estaba formado por seis sacerdotes y cuatro hermanos, liderados por el gran misionero de América del Sur, Raimundo Genover, cmf. ¡Llevaban en sus corazones sueños, esperanzas y mucho idealismo misionero! Sabían que no estaban solos, la Madre Congregación, con los brazos y el corazón abiertos, seguía sus pasos.
Inicialmente, los Misioneros se dedicaron a misiones populares, ejercicios espirituales para clérigos y seminaristas, ayuda a las diversas asociaciones laicas, medios de comunicación social con la creación de la revista Ave-Maria, etc. Con el paso del tiempo y el aumento en el número de misioneros autóctonos, siempre abiertos a la acción inspiradora del Espíritu Santo, a las demandas de la Iglesia en Brasil y a los cambios sociales, comenzaron a ampliar su campo de actividad misionera utilizando diversos medios y áreas apostólicas. ¡Fueron creativos y emprendedores!
Esta hermosa historia misionera continúa hoy. Somos en Brasil cerca de 103 misioneros, que constituyen, entre Brasil y Mozambique, veinticuatro comunidades. También tenemos un número indeterminado de laicos enamorados de nuestro carisma; hombres y mujeres que caminan a nuestro lado, que diariamente nos enseñan a «trabajar con otros», a compartir el sueño misionero.
Siguiendo los pasos de nuestros antepasados, hoy desarrollamos nuestra acción misionera en parroquias, misiones, educación, medios de comunicación, seminarios, obras sociales (SOMI), formación del pueblo de Dios, Clero y Religiosos, etc. La orden de Claret de «evangelizar por todos los medios posibles» continúa guiando nuestras elecciones, incluso en tiempos de escasez vocacional.
¡Queremos ser misioneros de hoy, de aquí y de ahora! Queremos, como parte de la Congregación, continuar nuestra misión como «Testigos y Mensajeros de la Alegría del Evangelio«. Queremos que el idealismo, la audacia y la creatividad misionera del «grupo fundacional» sigan latiendo en nuestros corazones. ¡Queremos ser misioneros hasta el fin!
Marcos Aurélio Loro, CMF
Superior Provincial
Provincia Claretiana de Brasil